dilluns, 26 de gener del 2009

DREYER EL "MILAGROSO"

Después de ver Ordet mi opinión es que el verdadero milagro consiste en que Dreyer pudiera realizar una película de estas características. Es milagroso convertir una simple historia trágica de tonos místicos en una sucesión de poderosas imágenes magnéticas, donde los personajes se mueven siguiendo una estricta coreografía, ajenos a todo atisbo de verosimilitud, debatiendo cuestiones en torno a temas como la fe , la espiritualidad, la moral, la religión, la bondad, la inocencia, la locura, la muerte, la familia, el amor.
El estilo de Dreyer está en las antípodas del cine comercial, se vale de recursos cinematográficos como son la iluminación dramática, el movimiento de la cámara, la puesta en escena, el trabajo milimetrado de los actores, pero los usa de una manera no convencional. Consigue que todo lo que vemos en la pantalla adquiera una dimensión elevada, se respira espiritualidad no sólo en las conversaciones evidentes sino en el conjunto de la película, crea una atmósfera de trascendencia que a veces de tan sublime roza el ridículo.
La dirección de actores me ha parecido de lo más enigmática, en ocasiones da la falsa impresión de que los personajes están ciegos y por eso no se miran al hablar. Casi siempre están mirando al frente (pero nunca miran a la cámara, es decir, al espectador), apenas se les ve de perfil.
Ordet es una película artísticamente ambiciosa de un autor con un estilo peculiar que
nunca hizo concesiones para rebajar el contenido árido y poco accesible de sus películas porque para él lo importante era sentirse dueño de su propio lenguaje.
Podría comentar muchas más cosas como el tratamiento teatral de las tomas larguísimas que realiza en los interiores, cómo en ocasiones nos obliga a ver la película como si fuera un partido de tenis siguiendo con la mirada la pelota de un extremo a otro de la pista, y tantísimas cosas más que van surgiendo recordando la película.
Os animo a que participéis con vuestros comentarios y que siga el debate tan fértil que iniciamos después de la proyección.

2 comentaris:

Albert Pijuan ha dit...

Ordet es torna el doble d'interessant si es tenen un parell de referències prèvies sobre Kierkegaard que, malgrat només anomenar-se una sola vegada a la pel·lícula, és la clau de tot plegat. I és que Johanson, el Crist danès, sembla la personificació del mateix Kierkegaard, com si l'haguessin agafat d'allà al principi del XIX i l'haguessin posat dins la cel·lulosa. La pel·lícula no s'ha de veure tan com un conflicte entre confessions religioses (luterans contra calvins) sinó com un conflicte de fe. La biografia de Kieerkegard és massa densa com per fer-ne un esbós aquí, però és important saber que al llarg de la seva vida va tenir un parell d'experiències místico-religioses que el van marcar profundament. Kieerkegard es va considerar l'elegit de Déu per a defensar la fe, i es va erigir en la comunitat filosòfico-teològica de l'europa del XIX com el defensor del cristianisme des de la fe en el seu sentit més literal en contra del (paradoxal) escepticisme de la majoria de cristians, Ésglesia inclosa, que tot i anomenar-se creients no creuen en res. Si es llegeix en aquesta clau Ordet agafa moltes dimensions: la comunitat creient que no creu amb Crist ni que el tinguin passejant-se davant dels nassos; i que només cal que algú cregui (en aquest cas la filla de Ingrid) per a què els miracles succeeixin (la resurrecció final). Des del meu punt de vista no cal ser creient, cristià, luterà o animista per participar d'aquesta crítica que Dreyer pren literalment de Kierkegaard i posa en boca de Johanssen. Ordet arriba al límit de les seves possibilitats si introduïm també el tema del llenguatge, la relació entre el que 'és' i el que 'podem dir', que no és altra cosa que Wittgenstein i els límits del llenguatge. Però em sembla que per ara això és suficient.

Doris M ha dit...

Albert, me ha parecido muy interesante tu aportación. Hemos de admitir que si se tiene formación filosófico-teológica se apreciará mejor a Dreyer puesto que toda su obra gira alrededor de temas relacionados con la espiritualidad. Sin embargo Ordet tiene suficientes elementos para que cualquier aficionado al cine disfrute de ella sin haber leído a Kierkegaard y a Wittgenstein. Como muy bien señalas todos los personajes de Ordet entienden la fe a su manera: con fanatismo, con cierto escepticismo, con inocencia, con hipocresía, con ceguera. Durante la película se oyen afirmaciones contradictorias como “hoy día ya no hay milagros” o “ cada día se produce un milagro” y hay que reconocer que ambas son ciertas.